La era digital es un hecho. Ahora mismo estás leyendo estas palabras en una página web, ya sea desde tu ordenador, tablet o Smartphone, y aunque no sea un mundo físico esto no quiere decir que no estés expuesto a peligros.
Los ciberataques cada vez son más frecuentes y no sería la primera vez que vemos como grandes corporaciones se han visto afectadas a nivel mundial porque han accedido a sus sistemas. Muchos daños consecuencias de este ciberataque no solo afectan una empresa en si, sino que desencadenan una serie de responsabilidades hacia todos sus clientes. Ante estos ataques, la ciberseguridad se ha convertido en una de las principales demandas de las empresas.
Los ciber-delincuentes no descansan. Incluso durante la pandemia del Coronavirus, muchos hospitales se vieron atacados con el propósito de robar los datos personales de sus pacientes. La protección de datos ha cobrado especial importancia con el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y esto hace que obtener esta información por parte de los delincuentes sea un motivo por el cual extorsionar a las empresas bajo la amenaza de hacer públicos todos los datos.
Desgraciadamente la lista de tipo de ciberataques cada vez es más extensa, aumentando las probabilidades de que tu empresa sufra uno. Si hace unos años eran unas pocas empresas las que pensaban al contratar un seguro para ataques informáticos, hoy en día esta tendencia está cambiando.
¿Pero qué es un ciberataque?
Un ciberataque es la vulneración de los sistemas informáticos, de una empresa o red que dependa de tecnología, donde se utilizan códigos maliciosos que alteran los sistemas informáticos y que pueden comprometer la información importante de tu empresa, y en el peor de los casos incluso robar la identidad de los usuarios con el fin de realizar delitos cibernéticos.
Tipo de ciberataques más comunes
Malware:
Lo malware es un software malicioso que se instala en el sistema provocando:
- alteración del equipo.
- bloqueo de accesos a la red (ransomware).
- la apropiación de información personal (spyware).
La finalidad de todos ellos es poder obtener información comprometida, vulnerar las conexiones del equipo o crear copias de seguridad y publicarlas en internet.
Phishing:
La suplantación de identidad es la manera de usurpar datos sensibles, normalmente mediante los correos electrónicos. Muy a menudo al ser consideradas fuentes de confianza, los hackers utilizan este medio para capturar datos como números de tarjetas de crédito o contraseñas.
Ataques de intermediario:
Los ataques de intermediario (MitM) o ataques de escucha secreta acostumbran a producirse a través de una red de Wifi pública o no protegidas. Los hackers pueden acceder fácilmente al ordenador sin que te des cuenta y hurtar la información que estés pasando a través de internet.
Además, una vez controlado el dispositivo, pueden instalar un malware para robar la información protegida.
Ataque de denegación de servicio:
En los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) se vulneran varios dispositivos para derramar ataques al sistema con el fin de que no puedan acabar los procesos y solicitudes, acaparando el ancho de banda y saturan la red produciendo graves daños en el sistema.
Inyección de SQL
Los ataques de inyección de SQL se producen a través de las aplicaciones web. Se insertan líneas de código maliciosos con el fin de obtener información privada de los servidores de las empresas.