Los cambios de hora se llevan a cabo desde hace más de 100 años con el objetivo de ahorrar energía. Ya en la Primera Guerra Mundial, se instauró el Daylight saving time, un sistema que adaptaba la hora a la luz solar para reducir el consumo de carbón.
Hace pocos días se realizó el cambio de horario de otoño, que nos regala una hora más de luz por la mañana, pero por el contrario nos la quita por la tarde. Pero, alguna vez te has preguntado qué efecto tiene este fenómeno en nuestro cuerpo, nuestra mente y, en definitiva, en nuestro ritmo vital? Te lo explicamos a continuación!
Muchas personas aseguran que los cambios de hora les provoca problemas de sueño y fatiga mental y física. Aunque puede parecer increíble, estas personas tienen una razón científica para quejarse. Los cambios de horario provocan una alteración en la secreción de melatonina en nuestro cuerpo. Esta hormona se encarga de regular el sueño y se adapta a los ritmos de la luz solar, por lo que se puede ver distorsionada su función con un cambio brusco de los horarios.
La desregulación en la producción de la melatonina provoca cansancio, fatiga y, incluso, miedo afectar la irritabilidad de las personas. Básicamente, cuando avanzamos o retrasamos los relojes lo que estamos haciendo es desincronizado los ritmos internos con los del entorno, un efecto que se acentúa en niños y personas mayores, que son quienes más notan estos cambios.
A pesar de que los cambios de horario pueden resultar molestos, los problemas que generan en nuestro cuerpo no son importantes y suelen desaparecer al poco tiempo. No obstante, es recomendable seguir una buena dieta y hacer ejercicio físico para regular los ritmos del cuerpo y la mente y «ponernos a hora».
Y tú, notas los cambios de horario? Ahora ya sabes cómo afectan a tu cuerpo y puedes estar bien preparado cuando llegue el cambio de primavera.
¡Que no te coja por sorpresa!